¿¿Se imaginan una vida sin música??... sin ritmo, sin sabor, sin emoción...Lo sé: triste.
Creo que los seres humanos traemos la música en la sangre (gracias a Dios!). ¿No les ha pasado que al escuchar alguna canción sin darse cuenta ya están moviendo un pie, o una mano, o la cabeza?
Unas notas musicales bien armadas, la letra de una canción; un sonido en el tiempo y lugar justos, la manera en la que fluye alguna pieza. Es maravilloso como esto nos produce una electrificación, un gusto, una sacudida. La traducción de ello: alivio espiritual, la exaltación de las emociones, una imagen mental o un movimiento corporal. Si, este último comunmente llamado baile ;)
A la
música también le llamo
pegamento humano. No importa si no hablamos el mismo idioma. Si sabemos o no que demonios es una corchea. Si somos expertos en el tema o fanáticos intérpretes de regadera. La
música tiene
algo que nos une, que nos sintoniza. A veces, que nos seda y que abre nuestros espíritus.
No nos damos cuenta de ello, pero la
música nos acompaña a todos lados. ¿Quién no se ha identificado con una canción?¿Quién no se ha despertado con alguna en la mente? ¿Quién no ha disfrutado, simplemente, de alguna pieza musical?
Si alguien ha visto la película de
August Rush podrá recordar que en ella el protagonista encontraba la
música en todas partes. Creaba piezas con el sonido del viento, de los árboles agitándose, de los pies sobre el pavimento... En fin, acomodaba todo de tal forma que lo que la mayoría encuentra "común" se aliara y fluyera musicalmente.
De verdad que es fantástico! Pongámonos a pensar. El don de crear una pieza de sonido que nuestra cabeza y nuestro espíritu adopten y disfruten. Eso es digno de ser aplaudido. Lo más chido es que este mundo, entre muchas otras cosas, esta lleno de
música. Depende de nosotros tomarla o dejarla; decidir cual nos gusta y cual no; menospreciarla o darle el valor justo.
En fin! Agradezco de verdad por la
música. Nos hace la vida más amable, más dramática, más emocionante, más divertida y más "vivible".