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martes, 13 de marzo de 2012

XXIX

Tengo la sensación de que algún día tú te encontrarás con esto. Como afortunada o desafortunadamente nos encontramos en circunstancias, digamos...poco comunes. Tal vez sea tarde, tal vez no. Tal vez sea favorable o imprudente. Tal vez ni siquiera sepas que tú eres el protagonista de lo que escribí. Pero me da igual, lo que tenga que pasar, pasará. 





XXVIII

“Sigues siendo el mismo. Y yo te juzgué mal. Sigues teniendo tus arranques de locura, sigues pareciendo un niño, sigues trabándote en las frases, sigues ahogándote en un vaso de agua y siendo dramático, sigues en pie. Y yo sigo adorándote, así. Y siempre lo haré. Te quiero en verdad. Y créeme, digo todo esto aún sabiendo que no eres para mí ni yo para ti más que como buenos amigos”.


XXVII

“Creo que suelo ver mucho de ti en él”


XXVI

“Y yo todavía de idiota anhelo y espero que me des algo más grande y sorpresivo. Aún te justifico.” 


XXV

“¿Qué demonios hago aquí? Debería largarme. 
Largarme de aquí, del mundo que más caos causa y de ti.”























XXIV

“¿Podría echarte la culpa a ti? No lo creo. Podría, pero no sería justo. No es tú intención no estar aquí, pero tampoco lo es estar. Y eso es mucho peor. Supongo.”


XXIII



“¿Se supone que debo decirte muchas cosas? Mira cómo me tienes… ¡Oh, sí! No puedes ver…
No sé como llevo aguantando esto.
Caigo en lo mismo, osea tú... Y lo odio.
Una vez dijiste que lo que te dije te hacía ver a la gente que realmente se acuerda de ti, a la que le importas. Bien, ahora entiendo que tú no haces lo mismo.
Y pienso que tiene cierto grado de descaradez el que hayas pedido perdón aún antes de cometer el error. Como si lo predijeras, cómo si lo estuvieras planeando o te conocieras lo suficiente para saber que nunca me responderás de la misma manera.
¿Sabes? Tal vez ni siquiera merezcas todo esto. 
Y luego me pongo a pensar “Pero si tú no me debes nada”… 
Aún así se suponía que algo bueno debía merecer.
                                      Aceptémoslo, tú ya no me recuerdas tanto cómo yo a ti”.



                                          I

XXII

“¿Sabes? Ahora que lo pienso, realmente no me enamoré de ti. Sino de  la persona que creé tomándote como modelo. Y ese tú imaginario es perfecto. Pero cómo le di tu cara, me confundo demasiado.”


miércoles, 7 de marzo de 2012

XXI

 “Si supieras todas las canciones que te dedico, o que me hacen pensar en ti, ¿Cambiarían las cosas? Conociéndote un poco creo que alimentaría tu ego o te confundirías. Sí, más bien lo segundo. Pero lo cierto es que deberías sentirte afortunado, único y especial. Porque en realidad lo eres. ¿Con quién más me ha pasado esto?”

XX

“Hay tanto que quiero decirte. Locuras que sólo tú comprenderías… ¿Te has puesto a pensar en el cabello? Es como si lo tuvieras dentro de tu cabeza y saliera poco a poco. Imagínate un cerebro con cabello. Ahora entiendo porqué suele enredarse”.

martes, 6 de marzo de 2012

XIX


“Cosas que siempre he querido decirte:

Tengo curiosidad de besar a alguien con brackets.

¡Qué ironía! En la primaria el niño que me molestaba y al que más odiaba se llamaba R, y ahora ese es el nombre de mi mejor amigo.

¿Qué dirías si te dijera que voy a visitarte?

¿Es cierto eso de que si sueñas con alguien es porque se durmió pensando en ti? Si es así, piensas en mí.”


XVIII


“No intentaré conquistarte; sé que eso no se dará. Sólo pretenderé ser tu amiga y divertirme contigo como siempre lo hemos hecho. Y cuando llegue el día en el que volvamos a vernos…será celestial. Sólo con imaginarme tu sonrisa, esa dulce y chueca sonrisa, soy feliz. Lo mejor es saber que resulta de lo que digo…sonrisa de niño, inocencia y decisión en un mismo espacio. Te admiro de verdad. Aunque tú no te des cuenta de nada”.

jueves, 1 de marzo de 2012

XVII


“¿Por qué no estás aquí? O ¿Por qué no estoy allá? Te lo diré: algún día llegaré de sorpresa hasta donde tú estás, te secuestraré, no podrás resistirte y no te arrepentirás de eso…ni yo tampoco.

¿Hacer que te des cuenta? Sí, tal vez eso haré. Después de todo ha pasado mucho tiempo y eso también puede ser una maravillosa ventaja. Hemos cambiado, pero nuestra esencia permanece. Y eso es lo que tiene magnetismo. Y tal vez esos cambios son las piezas que nos permitan encajar.

Sé que me quieres, o me quisiste, o algo de eso en algún tiempo. Ayer, ahora, mañana… ¿Qué más da?...eso existe, fue o es posible. Porque lo sé: por algo sucedieron las cosas.

Tengo la ligera sospecha de que sospechas algo… ¿Será eso bueno?...Digo, ya sería el colmo que yo esté haciendo todo esto y tú te encuentras como si nada.



¡Qué bueno es delirar cuando estás despierta!”

XVI


“Odio el drama. Especialmente el tuyo. Odio odiarte porque a fin de cuentas no te lo mereces. Odio no olvidarte de esa forma. Es decir, odio no olvidarme de esto que simplemente fue una maldita confusión”.


XV

“R: ¿Por qué siento que te necesito si ni siquiera me das algo a cambio? Si ni siquiera estás aquí demonios!”



I
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